Banco Central de Chile

El mercado prevé baja de tasas recién en septiembre

Los operadores financieros en Chile ajustaron sus proyecciones y ahora anticipan que el próximo recorte en la Tasa de Política Monetaria (TPM) se concretará en septiembre, dejando atrás la estimación anterior que apuntaba a una reducción en julio. Así lo revela la más reciente Encuesta de Operadores Financieros (EOF) publicada por el Banco Central.

De acuerdo con el sondeo, la TPM se mantendría en el 5% tanto en abril como en junio, para luego caer a 4,75% en septiembre. A mediano plazo, las expectativas continúan a la baja: los agentes prevén una tasa del 4,5% a 12 meses y del 4,25% a 24 meses.

Inflación y tipo de cambio bajo la lupa

En cuanto a la inflación, los consultados estiman un Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 0,3% tanto para abril como para mayo. El comportamiento de los precios será clave para evaluar los próximos pasos de la política monetaria, en un escenario donde la autoridad monetaria ha optado por actuar con cautela frente a las señales mixtas del entorno económico.

En el plano cambiario, las previsiones ubican al dólar en torno a los $945 en los próximos siete días y en $950 dentro de cuatro semanas, lo que refleja una relativa estabilidad en la cotización, aunque con un sesgo levemente alcista.

Respecto a los instrumentos de deuda, los operadores proyectan que el Bono del Tesoro en pesos a cinco años (BTP) se ubicará en 5,5% en los próximos 14 días, mientras que el Bono del Tesoro en unidades de fomento (BTU) a cinco años alcanzaría una tasa de 2,4%.

Cautela ante el panorama económico

La EOF, que recoge la visión de responsables financieros de bancos, AFP, compañías de seguros, corredoras y actores extranjeros con presencia activa en el mercado chileno, refleja una percepción de incertidumbre creciente respecto al rumbo económico.

La postergación en las expectativas de recorte de tasas sugiere una actitud más conservadora frente a la evolución de la economía y los datos inflacionarios. Este enfoque podría influir en las decisiones de inversión, tanto institucionales como individuales, y condicionar la dinámica del crédito, el consumo y la actividad productiva en los próximos meses.

Los resultados también son una señal para el Banco Central, que deberá equilibrar su estrategia entre el control de la inflación y la necesidad de estimular el crecimiento, en un contexto donde las expectativas de los agentes financieros comienzan a mostrar mayor prudencia.

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